jueves, 20 de noviembre de 2014

FAMILIA. JULIDAE

DESCRIPCIÓN:
Milpiés, cardador o arador (Julus terrestris Linnaeus, 1758).

En la época del año en la que nos encontramos, es muy frecuente tropezarnos con unos "gusanos rayados" con numerosas patas, que solemos identificar como milpiés y que algunos de nuestros seguidores que se lo encuentran en la parcela o en sus casas (como la amiga Mayte), se debaten entre la disyuntiva sobre su idoneidad de mantenerlos en el agroecosistema, o "pisarlos" a discreción.

Julus terrestris en busca de materia orgánica para alimentarse.

Es por ello, que me pareció oportuno dedicarles este "post" a los denominados milpiés, concretamente a estos conocidos como cardadores o aradores, y siempre con el propósito de conocerlos un poco mejor. Ya que en definitiva, estos artrópodos herbíboros y descomponedores,  realizan una labor fundamental a la hora integrar la materia orgánica en el suelo, y que a diferencia de los ciempiés, (ver la entrada de la escalopendra),  son totalmente inofensivos, por lo que no sólo debemos tolerar su presencia sino  incluso fomentarla.

Les encanta la baba de los caracoles.
Precisamente por su carácter descomponedor, lo incluimos en nuestra particular lista de fauna auxiliar, describiendo una las familias más representativas en la península ibérica como es el caso de la Fam. Julidae.

Esta familia de artrópodos hidrófilos, frecuentan lugares umbríos y húmedos, encontrándose activos durante la noche y/o primeras horas del día, permaneciendo ocultos durante las horas de mayor insolación entre la hojarasca, debajo de las rocas e incluso en hormigueros como podremos observar en alguna de las fotos más abajo.

Su cuerpo caracterizado por su aspecto cilíndrico, está dividido en dos regiones claramente diferenciadas: cabeza y tórax, donde la cabeza posee un par de antenas cortas, ojos compuestos y donde sus piezas bucales en algunas especies, se encuentran ligeramente modificadas para excavar y remover el terreno (de ahí el apelativo de arador o cardador). Es en el tórax donde se encuentran la mayoría de segmentos, entre los que se insertan en cada uno de ellos, dos pares de patas cuyo número máximo  no supera las 750 y la mayoría tienen menos de 200 patas; aún así... ningún otro animal posee tantos pares de patas, recayendo el record entre todos ellos en el diplópodo Illacme plenipes de California, con 375 pares.

Ommatoiulus sp. escondido en un hormiguero.
En ocasiones podemos verlos en hormigueros,
nidos de pequeños mamíferos o aves.










ESPECIE CONTROLADA:
Su labor beneficiosa no es sobre ninguna especie "plaga" como describimos en anteriores ocasiones, sino más bien estriba en sus hábitos detritívoros y descomponedores, fundamentales a la hora de mineralizar cualquier resto de insecto y/o materia orgánica fresca, a la vez que crea galerías y remueven el suelo, aireándolo y favoreciendo la oxidación de la materia orgánica y por tanto, poniendo a disposición de las plantas los nutrientes esenciales.  

Existen algunos diplópodos o quilognatos que son xilófagos (comedores de madera), aunque no pueden digerir la celulosa ni la lignina y necesitan la presencia de simbiontes en su aparato digestivo.  Del mismo modo, existen otros, que prefieren una dieta carnívora, pudiéndose alimentar de materia fecal y animales muertos.  

Es habitual encontrarlos en esta época deambulando por todas partes, incluso cerca de casa.

BIOLOGÍA:
Como habréis observado en alguna ocasión, estos artrópodos cuando son molestados se enrollan formando una espiral, el motivo no es otro que usar su duro exoesqueleto para cubrir sus partes blandas, mucho más vulnerables.

En lo que se refiere a su reproducción, son las hembras las que depositan sus huevos en montones alojados dentro de cavidades subterráneas, y que tras su eclosión nace una descendencia con tres o seis segmentos siempre muy cortos, pasando por numerosas mudas antes de llegar a estado adulto (imago).   

Diplopodo alimentándose del resto de la baba seca de un caracol.
En lo que respecta a la transferencia de esperma, puede ser directa o indirecta, y el esperma en la mayoría de los casos, se almacena en las espermatecas o receptáculos seminales que posee la hembra que elegirá el momento de la fecundación.  Una vez fecundada formará los huevos (bastante grandes con respecto a la dimensión del animal), y los enterrará en galerías en el suelo tal como venimos diciendo.


MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA:
La humedad relativa y el abonado orgánico, son fundamentales para el hábitat de los miriápodos, esto unido a un buen "mulching" de restos de cosecha y/o hojarasca, constituyen un medio muy favorable para la mayoría de las especies de diplópodos.  Sin embargo, debemos de decir también, que algunas especies indudablemente pueden llegar a ocasionar algún problema en cultivos como tubérculos, bulbos o especies cultivas por su raíz,  aunque esto no es lo habitual, y mucho menos en estas especies descritas.

No es difícil verlos también sobre la pared cerca de casa.

El ph del suelo, no es una dificultad para la implantación de estos animales. Como es sabido, en suelos generalmente ácidos y arenosos existe una dificultad en el desarrollo de anélidos como la lombriz de tierra y por tanto, se hace difícil contar con sus servicios y sus consecuentes beneficios.  Sin embargo, esto no es ningún problema para nuestros diplópodos que pueden desarrollarse sobre estos tipos de suelos ácidos, pudiendo representar una alternativa a la vermicultura.
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