domingo, 3 de mayo de 2020

FAMILIA SUBULINIDAE

DESCRIPCIÓNRumina decollata.
En esta primavera lluviosa que estamos viviendo en nuestra zona mediterránea, y debido al daño infringido especialmente por algunos caracoles a los cítricos más jóvenes durante estos días, me parecía oportuno dedicar esta entrada a una de las familias de gasterópodos autóctonos más peculiares de nuestras latitudes.  Ya que algunas especies de esta familia poseen una dieta malacófaga, y pueden comportarse como aliados para la regulación de otras poblaciones de caracoles que por contra, se comportan como fitófagos estrictos y responsables de estos daños.  Especialmente nefastos, en los brotes más tiernos de aquellos frutales que se encuentran todavía en su primera etapa de formación.

Rumina decollata sobre su víctima Cornu aspersum.
Sin embargo, como veremos a continuación no todos los caracoles se comportan negativamente a nuestros intereses como agricultores.  La familia de hoy, contiene a una especie que usaremos para describir las características más significativas de esta familia de gasterópodos, que podemos considerar como un aliado de nuestro agroecosistema.  Me refiero a la única especie europea de la familia de los Subulínidos, concretamnte a  Rumina decollata, un caracol muy común en estas latitudes que puede ayudarnos a regular otras poblaciones de gasterópodos que suelen comportarse como plaga en nuestros cultivos.

Daños típicos de caracoles y babosas sobre cítrico.
Esta familia contempla especies terrestres de respiración pulmonada, y que a pesar de ser onmívoros, poseen miembros que prefieren la carne de otros caracoles como primera opción a los vegetales.  Es precisamente este motivo de poseer especies depredadoras, el que la hace especialmente interesante para su incorporación a nuestra particular lista de fauna auxiliar.  La concha en espiral de nuestro protagonista de hoy, lo hace fácilmente identificable pudiendo llegar a tener un número de vueltas que oscila entre 4 ó 6 con un diámetro que puede alcanzar los 11 a los 22 mm.

Detalle de la coloración oscura casi negra del cuerpo del Rumina decollata.
Aunque tal comentaba también comen plantas, su labor es más beneficiosa que dañina pues eliminarán más caracoles en las plantaciones, que los daños que ellos mismos puedan ocasionar con su ingesta de vegetales, pues como decía... prefieren la carne a la dieta vegetariana.  Además, actúan como excelentes descomponedores de la materia orgánica al representar esta, otra fuente de alimentación alternativa nada desdeñable.

Nuestro protagonista de hoy conocido también como caracol degollado o destructor, podemos encontralo en los bordes de los caminos, campos de cultivos, jardines, huertas, lugares soleados e incluso en  zonas desérticas, desde el nivel del mar hasta 1.600 metros de altitud.

Caracol destructor tras haber devorado a su presa, dejándo únicamente su concha hueca como prueba de su acción.
ESPECIE CONTROLADA
El Cornu aspersum es el denominado caracol moro, de un gran diámetro entre 30 -35 mm que ataca tanto a plantas hortícolas como a árboles especialmente a cítricos, o el propio Theba pisana típico de las zonas secas mucho más pequeño y común, ambos depredados por nuestro protagonista de hoy tal como podéis constatar en las fotos que acompaño.  En muchas ocasiones, el reconocimiento de los daños sobre hojas puede confundirnos por los ocasionados por saltamontes o larvas de mariposas.  Sin embargo, si observamos los trazos secos de mucosidad así como los restos de excrementos, nos llevarán inequivocamente a identificar a los causantes verdaderos del daño tales como las babosas, que suelen salir de noche cuando existe mayor concentración de humedad, alimentándose de los brotes más tiernos de nuestros frutales con nocturnidad y alevosía.  Tanto estos caracoles o incluso como estas molestas babosas, son víctimas del Rumina decollata conocido en mí zona también como caracola.

Rumina decollata sobre su víctima Theba pisana.
Este caracol no sólo regulará poblaciones de otros gasterópodos adultos, sino que también eliminará sus puestas así como también pequeños insectos e incluso anélidos.

Caracol degollado en pleno ataque, su víctima sólo puede arrojar algo de babas que no hará más que incentivar el ataque.
BIOLOGÍA:
Aunque son hermafroditas, tienen la capacidad de autofecundarse ellos mismos caractarística que junto a su voracidad, los hacen especialmente eficientes en la regulación de poblaciones de otros caracoles de nuestra huerta. El nombre de caracol destructor, deriva de esta alimentación malacófaga fruto de su labor depredatoria, pudiendo concentrase en colonias aisladas pues como depredador que es, tiende autoregular sus propias poblaciones en función de la disponibilidad de alimento.

Rumina decollata buscando la apertura de la concha de su víctima Cornu aspersum. para comer su carne.
MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA:
Un grupo de piedras a modo de refugio es más que recomendable para nuestro protagonista de hoy, pues supondrá un lugar para poder criar y desarrollarse al depender siempre del suelo y por consiguiente de su manejo.

Cornu aspersum. también llamado caracol moro, intenta infructuosamente la escapada incluso  cuando ya empieza a ser devorarlo vivo por su archienemigo.
Debemos tener presente que sus puestas, son enterradas en el suelo entre el meses de mayo y octubre, soliéndolas agrupar en unos 40 huevos de cáscara dura y forma cilíndrica de 2’5 mm. de diámetro, por lo que el manejo del suelo es fundamental para la permanencia de esta familia.  Labores excesivas, así como ausencias de rocódromos o refugios permanentes, lo hacen especialmente vulnerable para su mantenimiento en nuestro agroecosistema.

Detalle de la concha típica helicoidal de esta especie de la familia subulinidae.
Por tanto, el disponer de zonas inalteradas y permanentes en nuestro agroecosistema, es fundamental no sólo para estos gasterópodos peculiares sino para otros muchos depredadores de suelo, tal como venimos enumenrando a lo largo de todo este vuestro blog, espacios que se postulan como irrenucinables para  poder favorecer la permanencia de nuestros aliados.

No obstante, no debemos olvidar que algunos de los artrópodos se pueden comportar como aliados o plagas en función de su densidad poblacional cambiando su dieta cuando hay competencia, por tanto su introducción por el hombre debe tener presente unas densidades adecuadas y dejar que la naturaleza haga su trabajo.

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.