viernes, 18 de julio de 2014

FAMILIA REDUVIIDAE

REDUVIDOS: Rhynocoris erythropus (chinche asesina).

DESCRIPCIÓN:  Este "post" lo dedicaremos a una de las familias de insectos más importantes dentro de la Orden heteróptera, por contribuir activamente a la propia regulación biológica dentro del agroecosistema. El hecho de que algunas especies posean una dieta netamente depredadora, permite mantener a raya algunas de las plagas hortícolas más representativas, por lo que fomentar su presencia, lo hace especialmente interesante para aquellos agricultores que decidan combatir las plagas de una forma más sostenible.  Nos referimos, a la familia reduviidae donde se encuentran las llamadas "chinches asesinas" que pasamos a describir.

Detalle del largo estilete imposible de plegar por completo, así como de su cuello móvil
característicos de las chinches depredadoras.

Por lo general dentro de esta Orden heteróptera, caracterizada como sabéis por su típico aparato bucal picador-chupador, suelen englobarse individuos con alimentación fitófaga en su mayoría y por tanto, potenciales plagas.  Sin embargo dentro de ella, existen excepciones de familias que contienen individuos que se alimentan de forma depredatoria, como por ejemplo la familia miridae y la propia que nos ocupa.   Por todo ello, debemos incluirlas en nuestra lista particular de fauna auxiliar, considerándolas como familias que nos aportan valiosos aliados, como el Rhinocoris iracundus, R. annulatus, Coranus subapterus, o el propio Rhynocoris erythropus que podemos observar en la foto capturando a un himenóptero incauto.

Su arma mortal le sirve para ensartar a su víctima y extraerle todos sus jugos vitales.

La familia reduviidae comprende insectos muy variopintos, tanto por su estructura del rostro y cabeza, así como por el modo de fecundación y órganos genitales que nos ayudará en su clasificación taxonómica, pero que a su vez poseen una características comunes que debemos conocer; cuello móvil, largo estilete y sus fémures engrosados típicos de un cazador.   En su mayoría son depredadores generalistas y por tanto, excelentes colaboradores para nuestros intereses que no debemos subestimar.

Este depredador generalista, no hace distingos entre sus presas.

Observarlos cazar es todo un espectáculo, donde se valen de su grueso primer par de patas y su infinita paciencia, para capturar a sus presas que posteriormente ensartará con su estilete para extraerle todos sus jugos vitales, tras previamente inyectarle una saliva predigestiva que paraliza a la víctima.  La postura, como si de un "banderillero" se tratara tal como podemos apreciar en la foto, es mantenida durante un largo tiempo hasta que el insecto incauto, decide "embestir" cerca de nuestro protagonista que espera inmóvil pacientemente el momento para lanzar su "estocada" definitiva.

Listo para cazar como si de un "banderillero se tratara".
Poseen un aparato bucal "picador chupador" típico de la Orden a la que pertenece tal como decíamos, caracterizado por un pico fuerte, grueso y de grandes dimensiones, que arquea bajo su abdomen sin poder plegarlo debido a su gran dimensión, al contrario de otros heterópteros fitófagos que si lo pliegan perfectamente.   Esté estilete es usado además, de para extraer los fluidos vitales de sus presas,  como órgano de estridulación (para hacer sonidos), frotando la punta sobre un canal transversal situado en lado inferior del protórax, y que usa en su fase de cortejo.

ESPECIE CONTROLADA:
Este insecto generalista, constituye una verdadera pesadilla para plagas de minadores como la propia Tuta absoluta, devorando tanto huevos, larvas e individuos adultos de forma compulsiva. Excelente depredador generalista que no hace remilgos a ningún insecto, en muchas ocasiones mucho mayor que él. 

Los polinizadores incautos no se percatan de la presencia de la chinche asesina, 
hasta que es demasiado tarde.
Esta alimentación a base de huevos, arañas rojas, otras chinches, escarabajos, polillas y larvas, representa una magnífica contribución de este insecto a los intereses del agricultor ecológico, que ve tanto en la ninfa como en el adulto un fiel aliado para regular las poblaciones de potenciales plagas.


BIOLOGÍA:
La presencia de un cuello móvil le proporciona a la cabeza, dividida en dos regiones antecular y postocular, un movimiento que amplia su perímetro visual y sensorial, donde sus grandes ojos compuestos y largas antenas le confieren una gran rapidez de reflejos.

Detalle de Rhynocoris erythropus

En su fuerte tórax, se diferencian claramente tres regiones que son usadas como carácter taxonómico. El pronoto presenta un lóbulo posterior más largo que el anterior. El mesotórax está representado por un escutelo triangular con procesos posteriores, siendo el metatórax no visible debido al segundo par de alas que lo cubre totalmente.

Detalle del poderoso tórax y estilete del redúvido.

En lo que respecta a su puesta, es a principio de primavera, cuando la hembra realiza su oviposición depositándola entre las plantas o en el propio suelo.  Sus huevos de un color de blanco a rosáceo con forma ovalada, poseen un opérculo apical claramente visible, por donde salen las ninfas en el momento de la eclosión. Estas ninfas una vez que eclosionan, poseen una ausencia total de alas y de aparato genital diferenciado.  Es hasta su tercer estadio, cuando aparecen los esbozos alares en el mesotórax y metatórax que se manifestarán más claramente en el cuarto estadio ninfal.  Todavía la ninfa deberá pasar por un quinto estadio más, donde los esbozos metatorácicos quedarán totalmente cubiertos por los esbozos mesotorácicos, y donde la ninfa sufrirá una muda de donde saldrá el imago, pudiendo pasar este último todo el invierno en forma adulta, normalmente en los márgenes de los cultivos y zonas de vegetación espontánea.

Los umbilíferas son una plataforma perfecta para apostarse a la espera de una potencial víctima.

MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA:

Por todo ello, la presencia de estos insectos están vínculados a la existencia de cubiertas vegetales, setos, plantas banco y flora espontánea en general.  El manejo por tanto de estas cubiertas, se hace indispensable para poder contar con la presencia de estos insectos, que como decíamos, pasan el invierno en estado adulto,  donde tanto sus ninfas como el propio imago, se alimentan de forma depredatoria en todo su ciclo vital.
Se mantiene inmóvil hasta que valora sorprender con su movimiento mortal.

Como ya venimos diciendo en otros "post", el dedicar un conjunto de rocas en el suelo siempre es una buena idea, ya que actuarán a modo de reservorio para aquellos insectos que ponen sus huevos en el suelo y no toleran la continua labranza del mismo.

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