martes, 15 de septiembre de 2015

FAMILIA LIBELLULOIDEA

DESCRIPCIÓN:
Acabado el verano, hablaremos en esta nueva entrada de un insecto depredador muy antiguo..., que a buen seguro encontraréis familiar y que habréis podido contemplar durante el pasado periodo estival.  Nos referimos a las libélulas, que engloban a una serie de especies de insectos con unas características comunes muy primitivas.

Sympetrum sp, sobre flor de brócoli morado.
Si incluimos también a los llamados caballitos del diablo, podemos afirmar que esta Orden representa aproximadamente unos 6.000 individuos diferentes entre especies y subespecies en todo el mundo, de las cuales, sólo 65 de ellas se encuentran descritas en Andalucía.  Estos insectos que dan nombre a toda una Orden Odonata, cuya denominación proviene de la contracción de las palabras griegas “odonto” (diente) y “apathos” (mandíbulas) algo así como “mandíbula dentada”, fueron en el pasado mucho más grandes que las libélulas actuales. 

Detalle de los ojos compuestos de estos insectos, donde se les contabilizan unos 40.000 omatidios.

Tened presente, que se han descubiertos fósiles de megalibélulas (meganisopteros) en estratos datados en el periodo Carbonífero hace unos 320 millones de años (en Commenty L’Allier, Francia), que dan constancia de una envergadura alar extraordinaria de estos insectos, como así atestiguan las especies encontradas Meganeura monyi y Meganeuropsis persiana con 69-72 cm de longitud.  Este tamaño equivaldría al actual de un cernícalo común, la verdad... es que si hacemos un pequeño esfuerzo de imaginación, nos ocasionaría cuanto menos un poco de inquietud, el encontrarnos actualmente con alguna libélula de ese porte revoloteando por la piscina que frecuentamos este pasado verano. 

Las hojas de cebolla, le proporciona un oteadero privilegiado sobre el resto del huerto.

ESPECIE CONTROLADA:
Lejos de temer a estos paleópteros, debemos considerarlos como unos extraordinarios aliados de nuestro agroecosistema, puesto realizan una labor depredatoria muy importante, tanto en su fase acuática o larvaria donde eliminan muchas larvas de mosquitos, como en su fase aérea en estado adulto, depredando de forma generalista cualquier insecto con un tamaño inferior a ellos que cazan al acecho o en pleno vuelo.  Muchos de sus víctimas se comportarían como potenciales plagas de nuestros cultivos de no estar presentes.  Aunque es difícil establecer con precisión una lista de insectos depredados, hay que destacar que incluyen esencialmente los insectos que frecuentas las zonas húmedas: dípteros, tricópteros, efémeras, etc, en definitiva, presas proporcionales a su talla y piezas bucales.

Detalle de la extraordinaria musculatura del tórax que le permite despegar en vertical.

Su gran visión le hace una cazadora casi infalible, controlando un perímetro visual cercano a los 360º como podemos presuponer por la posición de sus ojos compuestos, que ocupan prácticamente toda la cabeza.

Exuvia de la larva de libélula tras la metamorfosis. 

BIOLOGÍA:
Este carácter primitivo de los odonatos, le hacen pertenecer a un grupo de insectos con una metamorfosis incompleta denominada hemimetábolos, es decir, que el ciclo vital del insecto está desprovisto de un estadio ninfal inmóvil, lo contrario que ocurre con insectos como las mariposas, con una metamorfosis completa (homometabolos), donde sus larvas crisalidan inmóviles mientras se transforman.  La puesta sigue más o menos rápidamente a la cópula y que dependiendo de la especie, el macho se separará justo después de la inseminación (como en el caso de la Crocothamis erythraea), o en otros casos la pareja adopta de nuevo la posición en tándem y, tras un período más o menos largo, van en busca de un lugar de puesta.  El lugar elegido para la puesta, variará de la especie, pero generalmente se realizan en vegetales vivos con órganos sumergidos o incluso aéreos (cercanos al agua), o en partes vegetales flotantes, musgo e incluso en superficies fangosas o directamente en el agua.

Detalle de la oquedad del tórax provocada por la salida del imago.

Como sabéis, la fase larvaria de las libélulas se desarrolla totalmente en el medio acuático, donde su larva tras la eclosión, se vale para alimentarse de una estructura específica para capturar las presas denominada máscara o "labium".  Estas larvas llegarán a cazar desde insectos acuáticos hasta pequeños peces, cambiando de aspecto, e incluso de medio, -fase aérea- hasta llegar al estado adulto.  Sin embargo, este paso de la vida acuática a la aérea no tiene lugar de forma brusca, sino que se realiza paulatinamente.  Puesto que algunos días (a veces semanas) antes de la metamorfosis, la larva empieza a salir del agua por períodos cada vez más largos respirando progresivamente por los estigmas torácicos, hasta abandonar definitivamente el líquido elemento tras subirse en un tallo elevado, como podemos apreciar en la foto anterior.  

Orthetrum sp.
Sympetrum sp.











MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA:
De amplia distribución, los odonatos son un grupo de insectos ligado al medio acuático, pues sus larvas tal como decíamos se desarrollan en el agua, ya sea en ríos, arroyos, en lagunas y/o pequeñas charcas. La mayoría de las especies de libélulas, presentan una gran especificidad respecto a su hábitat, por lo que pueden ser consideradas como buenos bioindicadores de la calidad del agua donde encontramos sus larvas.

Esperan pacientemente en oteaderos hasta visualizar a una presa potencial.
Por tanto, no es descabellado dejar algún punto de agua permanente en nuestro agroecosistema, de manera que podamos fomentar la presencia de estos insectos.  Igualmente, como hemos indicado en alguna otra ocasión, el dejar unos "palitos" elevados entre nuestro huerto a modo de oteaderos, facilitarán la caza de nuestras libélulas adultas con la consecuente permanencia de las mismas en el agroecosistema.

Larva de la Libellula doris (Eoceno Italia). Fósil 20.millones de años (aprox.)