sábado, 5 de marzo de 2016

FAMILIA FORFICULIDAE

DESCRIPCIÓNFamilia Forficulidae (Forficúlidos).
Le dedicaremos esta entrada a un insecto que suele aparecer de manera recurrente en algunos de los  encuentros en los que vengo participando desde el departamento de ecologia del trabajo, desde donde se nos plantea la disyuntiva sobre la idoneidad y permanencia de este insecto en el agroecosistema.  Pues bien, lejos de condicionaros con una respuesta definitiva, pasaré a describir el insecto de modo que podáis sacar vuestras propias conclusiones.

Forficula auricularia en hoja de cítrico.
Me refiero a las llamadas tijeretas (Forficula auricularia) perteneciente a la pequeña Orden Dermaptera que posee algo más de 1.900 especies descritas, de entre las cuales 34 de ellas viven en Europa, y de las que encontraremos en esta época del año refugiadas del frío en algún doblez de alguna hoja o entre la hojarasca, tal como podemos apreciar en la foto.

Este insecto es bastante frecuente en nuestras latitudes, y ocasionalmente pueden provocar daños a las plantas debido a su doble manera de alimentarse es decir, de forma fitófaga comiendo plantas, o bien de forma zoofaga devorando otros insectos.  Es precisamente por ello,  por lo que aparece esta controversia entre los agricultores, al dudar sobre la idoneidad de la presencia de este insecto en el agroecosistema.

Los dos sexos tienen cercos modificados en pinzas, que le otorgan el nombre común de tijereta.

ESPECIE CONTROLADA:
Sin embargo, las "tijeretas" son grandes depredadores de pulgones y otros homópteros, la mayoría de los cuales sí que representan verdaderas plagas a nuestros cultivos, siendo por tanto muy interesante contar con su presencia para combatirlas.  Un ejemplo de cultivo donde es muy valorado es precisamente en el cultivo de frutales como el manzano, donde el pulgón lanudo (Eriosoma lanigerum) puede representar una verdadera pesadilla entre los brotes más jóvenes.  Precisamente es en la depredación, donde sus apéndices abdominales transformados en pinzas y situados en las zona posterior de su cuerpo juegan un papel fundamental, al igual que ocurre durante el cortejo y la cópula donde estos órganos especializados que le dan el nombre vulgar a la especie, es manipulado por el individuo de forma magistral y precisa.

Depredan pulgones con su aparato bucal masticador.

BIOLOGÍA:
Estos insectos de hábitos nocturnos, pueden provocar daños al hacer agujeros en las hojas, tal como podemos apreciar en la foto, o incluso pueden incrementar el daño previamente pueda existir en la hoja.  Son insectos omnívoros y capaces de vivir de materia vegetal viva o muerta, carroña e insectos vivos.  Por tanto, los podemos considerar como grandes descomponedores que evitan la luz del sol y que sólo se activan al atardecer y durante la noche, descansando en las horas de sol entre grietas la propia hojarasca.  En función de la especie la hembra puede llegar a poner entre 20 -80 huevos en una sola puesta.  Estos tienen formal ovoíde, lisos y de color blanco, que son depositados directamente en el suelo protegidos en alguna oquedad donde la hembra los cuida con extraordinaria meticulosidad protegiéndolos de la excesiva humedad y de los hongos que puedan dañorlos.


Detalle de las alas plegadas de estos insectos sobre hoja de lechuga.
Tras su eclosión en primavera, sus ninfas abandonarán su lugar de nacimiento tras realizar su primera de las cuatro mudas.  A menudo son alimentadas por su abnegada madre, incluso una vez que abandona el nido hasta que son capaces de valerse por si mismas.  Es un insecto con un extraordinario sentido maternal.

MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA.
Una vez que llegan al estado adulto a final del verano, se aparean debiendo las hembras buscar un lugar para pasar el invierno y poner sus huevos, sin embargo, el macho muere cuando comienzan los fríos siendo la hembra la que cuidará de su prole hasta bien entrado el próximo verano.  Por tanto, es precisamente en ese momento en el que el modo de tratar el suelo se antoja crucial, si queremos favorecer su permanencia, pues labores severas menguaran sus poblaciones, siendo por el contrario fomentadas con la presencia de refugio a modo de rocódromo donde el suelo no sea removido continuamente y permita su proliferación.  Por lo general, podemos decir que las tijeretas prefieren suelos húmedos y cálidos, siendo muy sensibles a los encarcamientos y a los fríos extremos.

Detalle del plegado de sus alas.

El frío suele ser un inconveniente para estos insectos que buscan refugio, Hoja de cítrico.

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