miércoles, 1 de mayo de 2013

FAMILIA SALTICIDAE

DESCRIPCIÓN:
Saltícido cobrando una de sus piezas favoritas (díptero).
En esta nueva entrada comentaré, una de las familias de arácnidos más populares como es la Salticidae, cuyos miembros con mas de 4.000 especies descritas son conocidas vulgarmente como arañas saltadoras o saltarinas, por su extrema agilidad en el desplazamiento y la particularidad de cazar al acecho mediante pequeños saltos (y no tan pequeños).  El peculiar uso de sus patas a modo de resorte hidráulico, hacen que estas arañas se propulsen en cualquier  dirección con una extraordinaria precisión.  Como curiosidad, comentaré que las patas de estos seres no se articulan como nuestras piernas, accionadas por músculos extensores y contractores, sino por la inyección de fluido en unas cámaras internas ubicadas en sus patas a modo de pistón hidráulico, donde sus patas posteriores se encuentra prácticamente vacías de fluido antes de lanzar el impulso final. 

Detalle de saltícido Menemerus semilimbatus.
Otra particularidad de estas arañas, la constituyen sus cuatro pares de ojos simples (a diferencia de los compuestos de los insectos) dispuestos en la zona frontal y a ambos lados de la cabeza, que les permiten disponer de un campo visual prácticamente de 360º.  Esta extraordinaria agudeza visual, debida en su mayor parte a sus dos característicos ojos móviles centrales de gran tamaño, dotan a los saltícidos de la mejor visión de toda la clase arachnida, que sin duda, ha contribuido de forma directa a la fascinante evolución experimentada de estos arácnidos, que han llegado a cotas de refinamiento muy altas, en las relaciones entre sus miembros y el propio medio natural.  Claro está, que este desarrollo del sentido de la vista, es indispensable para una araña que caza al acecho y por tanto,  prescinde de tejer telarañas, llevando al máximo exponente el ahorro energético que supone la producción de seda, perfectamente adaptada por otra parte, a estos tiempos actuales de austeridad.

Mirada de la Menemerus semilimbatus
Entre todas las especies de esta familia, la Menemerus semilimbatus es uno de los saltícidos más habituales de la península ibérica, siendo muy frecuente encontrarlos en prácticamente cualquier hogar, entre las edificaciones donde se encuentra segura. 

ESPECIE CONTROLADA:
Estas arañas son depredadores generalistas de pocos milímetros de longitud, pero su escaso tamaño  no debe ser óbice para subestimar los excelentes servicios que  prestan como bioreguladores en el agroecosistema, además de su incansable comportamiento como enormes cazadoras de artrópodos, que nos informan con su mera presencia, de la calidad de su entorno y el manejo de la parcela que estamos dando. 

Por lo general, cazan en zonas rocosas utilizando pequeñas oquedades para ocultarse, saltando por sorpresa sobre sus potenciales víctimas  como: minadores, pequeños microlepidópteros, ácaros, moscas, hormigas e incluso otras arañas, como podemos apreciar en la foto de este incauto tomísido, donde cabría decir aquello de... cazador cazado. 
Cazador cazado.

Sin embargo, aunque  la dieta de la mayoría de estas arañas es carnívora, existen algunas especies de saltícidos que pueden alternarla con la vegetariana (néctar y polen principalmente), e incluso se conoce una especie que es vegetariana estricta  como la Bagheera kiplingi, pero como decía, esto no es lo habitual ya que lo normal es que tengan una dieta depredadora como prácticamente todas las arañas.

BIOLOGÍA:
El empleo de su excelente visión además de para la caza  para la reproducción, es fundamental para encontrar pareja, donde una vez que el macho visualiza a su posible compañera desde la lejanía, inicia un complejo baile extendiendo sus patas anteriores y su abdomen con el único objetivo de impresionar a la hembra, a la vez que evitar ser devorado durante la cópula.  Si este cortejo frenético llega a a buen puerto, actúa de pistoletazo de salida a la fase precopulatoria, donde el macho deberá medir muy bien sus tiempos una vez deposite su esperma en los poros copuladores de la hembra, para no ser devorado por ella.  Transcurrido más o menos un mes después de la fecundación, la araña pondrá los huevos dentro del ovisaco que formará con su seda, que permanecerá custodiado por la hembra hasta que emerjan sus crías.
Emboscada tras la eclosión del ovisaco de un saltícido.
Por lo general, los salticidos experimentarán unas 8 mudas antes de alcanzar el estado adulto, pero ya desde la primera muda, se valdrán por si mismos para la caza, aunque como se puede apreciar en la foto tras la eclosión del ovisaco siempre puede esperarle algún peligro.  Aquí, la hormiga oportunista espera nerviosa la salida de las pequeñas arañas del ovisaco, buscando seguramente venganza, por las acciones pasadas de su progenitora hacía sus congéneres hormigas.
Detalle de hormiga capturando a su archienemiga recién eclosionada del ovisaco.

MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA:
Lógicamente, es recomendable la total ausencia de empleo de productos fitosanitarios, así como el uso de pequeños núcleos de rocas que permitan refugiarse y calentarse al sol .  Como ya comentábamos, son muy buenos bioindicadores especialmente sensibles a alteraciones físico-químicas de su entorno.   Es por ello, que no debemos temerlas y mucho menos perseguirlas, ya que lejos de ser peligrosas para el hombre como la gran mayoría de los arácnidos, realizan una extraordinaria labor de limpieza de muchos de los artrópodos que pueden llegar a representar una amenaza para nuestros cultivos.  Conociéndolas sin duda, las incorporaremos a nuestra lista de aliados como lo que son, unos de los grandes auxiliares del agroecosistema que debemos fomentar y preservar.

Saltícido oculto en una oquedad del terreno esperando no ser descubierto.

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