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viernes, 19 de septiembre de 2025

FAMILIA HALICTIDAE

DESCRIPCIÓN:

En esta ocasión dedicaré esta entrada a una de las familias de abejas más interesantes desde mi punto de vista, conocidas popularmente como "abejas del sudor"... y no precisamente por este apelativo, sino por su relevancia agroecológica. Representan una de las familias más eficientes y versátiles en la polinización, pasando gran parte del día visitando diversas flores y aportando una información valiosísima con su mera presencia.

Abeja del género Lasioglossum sspp.en flor de romero (Rosmarinus officinalis)

Esto significa que nuestros cultivos, con toda probabilidad, contarán con los servicios de estos aliados, lo que se traducirá en un aumento de la productividad y la diversidad del propio agroecosistema.  El motivo de ser conocidas como abejas del sudor, se debe a la atracción que poseen por el sudor humano o animal, ya que su fuente de alimentación (néctar y polen) dificulta obtener sales minerales como el sodio, fundamental para su metabolismo.

Además, estas abejas son verdaderos sensores de agroquímicos, en otras palabras, se comportan como excelentes bioindicadores. Su sensibilidad a los fitosanitarios hace que su simple presencia sea un claro indicio de que estamos manejando el cultivo de forma responsable. Y, a pesar de esta vulnerabilidad, las especies de la familia Halictidae son sorprendentemente adaptables, capaces de desarrollarse en zonas rurales, periurbanas e incluso en jardines urbanos. De hecho, algunas de las fotos que acompañan estas líneas fueron tomadas muy cerca de donde vivo.

En definitiva, dedicarles un espacio no solo tiene valor para la conservación de la biodiversidad, sino que nos proporciona herramientas prácticas para avanzar hacia una producción sostenible y fortalecer la resiliencia de nuestros agroecosistemas.

BIOLOGÍA:

Cuando hablamos de la biología de las abejas de la familia Halictidae, y concretamente del género Lasioglossum, nos adentramos en un mundo pequeño pero sorprendentemente complejo. Observar sus hábitos de anidación, su organización social y la manera en que recolectan polen y néctar nos permite entender cómo estas pequeñas aliadas mantienen la vida de nuestros agroecosistemas. Conocer su ciclo de vida y sus relaciones con otras especies no es solo un ejercicio de curiosidad: es también una herramienta práctica para cuidar la biodiversidad y fomentar sistemas agrícolas más sostenibles y resilientes.

Abeja del género Lasioglossum sspp.en flor de menta poleo (Mentha pulegium)

La mayoría de las especies del género Lasioglossum construyen sus nidos en el suelo, preferentemente en áreas despejadas de vegetación, aunque también pueden anidar en taludes o en grietas de paredes rocosas. Muchas especies muestran un comportamiento gregario e, incluso, algunas presentan diferentes grados de organización social.

Los nidos del género Lasioglossum tienen una estructura sencilla pero muy eficaz: un túnel principal del que se ramifican pasadizos cortos que terminan en celdas individuales, donde se crían las larvas. En las especies más sociales, estas celdas se agrupan formando cámaras de incubación, casi como pequeñas habitaciones comunitarias. Dentro de ellas, las larvas se alimentan de la mezcla de polen y néctar que las hembras adultas han recolectado con tanto cuidado.

ESPECIE CONTROLADA:

No obstante, estos nidos no siempre están a salvo. A veces son visitados por abejas del género Sphecodes o Chrysididae, verdaderas oportunistas, que se aprovechan de las provisiones y las celdas sin molestarse en construir su propio hogar, y en muchos casos devorando las larvas de nuestras protagonistas.

Abejas Chrysis ignita, del género Chrysididae conocidas como abejas cuco, precisamente por su carácter cleptoparásitario.





En el caso de las hembras de la Chrysis ignita (Fam. Chysididae) , depositan sus huevos en el nido de otras abejas como las de la Fam. Halictidae.

En el ejemplo que os propongo de la Chrysis ignita de las fotos, la hembra adulta deposita su huevo en el nido de la abeja hospedadora; la larva que nace consume primero los huevos o larvas de la abeja y luego las reservas de polen y néctar.  Pero como os decía... esta abeja no es de la familia que nos ocupa, ya que pertenece a otra familia Chrysididae, conocidas como abejas cuco por poner sus huevos en nidos ajenos, pero no me resistía a dejaros algunas imágenes de estas verdaderas joyas volantes, que por su colores brillantes bien podrían inspirar a cualquier orfebre.

MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA:

Para que nuestras abejas del sudor permanezcan y cumplan su papel en nuestro agroecosistema, podemos poner en práctica algunas medidas sencillas. Medidas como dejar áreas sin labrar y plantar flores silvestres, que les dará refugio y alimento a nuestras protagonistas, ejerciendo una actividad complementaria a la de las abejas melíferas cada vez más escasas, visitando flores con tamaños y en horarios o condiciones donde estas no llegan.

Abeja hembra del género Lasioglossum sspp.

Al ser autóctonas y generalistas, las especies de la familia Halictidae que nos ocuapan, pueden nidificar en las lindes de las parcelas o áreas verdes sin necesidad de colmenas, aumentando la biodiversidad y favoreciendo el equilibrio del agroecosistema. Esto, además, ayuda a reducir plagas de forma natural y disminuye la dependencia de pesticidas.

Su resiliencia frente al clima garantiza una polinización constante incluso en condiciones cambiantes, convirtiéndolas en verdaderas aliadas de la agricultura sostenible y la biodiversidad en el actual contexto de cambio climático que estamos viviendo.

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miércoles, 13 de agosto de 2025

FAM. BORRAGINACEAE

DESCRIPCIÓN:

Hoy quiero continuar este, vuestro blog, dedicando esta entrada a una borraginácea cada vez más apreciada en el ámbito agroecológico andaluz: me refiero a la planta conocida bajo el nombre de facelia. Su creciente popularidad, debida a su enorme capacidad para atraer polinizadores y a su progresiva naturalización en nuestras latitudes, la hace cada vez más propicia para nuestro clima mediterráneo. Pese a ser originaria del sur de Norteamérica y de Méjico, Phacelia tanacetifolia Benth se viene adaptando a climas templados, especialmente en regiones mediterráneas como las nuestras, donde los inviernos son cada vez más suaves o casi inexistentes.


Inflorescencia de Phacelia tanacetifolia Benth, con su característicos estambres alargados que sobresalen de los pétalos.

El género Phacelia spp. contiene entre 200 y 300 especies distintas, y representa por sí mismo un conjunto de plantas de crecimiento muy rápido, pudiendo cubrir el suelo en tan solo 6–8 semanas. Sus semillas, que se pueden adquirir fácilmente en cualquier establecimiento especializado para su siembra superficial (entre 0,5 y 1,5 cm), se vienen utilizando como abono verde, cobertura vegetal o como planta melífera. Su siembra a voleo, de forma extensiva, para la formación de cubiertas vegetales, es una práctica habitual que, unida a su elevado poder de crecimiento, proporciona una cobertura espectacular, compitiendo eficazmente con otras plantas adventicias.

Aquí os dejo, como evidencia, una foto que realicé tras la nacencia, durante la primera semana de vida.

Plántula de facelia con una semana después de su nacencia.

RECOMENDACIONES PARA SU MANTENIMIENTO:

Podemos decir que la facelia tolera un amplio rango de suelos, aunque prospera mejor en zonas bajas con buen drenaje y suelos arcillosos, franco-arcillosos o arenoso-arcillosos, con un pH amplio que oscila entre 5 y 8,5. En cuanto a su floración, se produce en verano y puede prolongarse hasta bien entrado el otoño. Es importante indicar, además, que esta planta está reconocida entre las 20 especies florales más productoras de miel y resulta igualmente atractiva para abejas, abejorros y otros polinizadores, atraídos por su gran cantidad de néctar.


Phacelia tanacetifolia Benth, también útil como flor de corte debido a sus inusuales y atractivas inflorescencias, 
fuertes tallos y larga durabilidad tras su corte.

RELACIÓN PLANTA-ARTRÓPODOS:

Su relación con los artrópodos se base principalmente en su aporte nutricional.  Las flores de la facelia producen abundante néctar y polen, siendo particularmente atrayentes de sírfidos entre otros depredadores de pulgones, así como de gran variedad de himenópteros algunos de ellos parasitoides como veremos a continuación.  Por lo que su uso en las lindes o como cubierta vegetal entre cultivos leñosos, ayuda a reducir poblaciones de potenciales plagas al albergar mucha fauna auxiliar residente.

Su uso en cubiertas, se viene implantando en cultivos donde la época de polinización difiere de la facelia o en cultivos autógamos donde la polinización entomófila no es necesaria.

Mediante las siembras escalonadas de facelia, se puede obtener una floración continuada en el tiempo desde  principos de julio hasta bien entrado el otoño.  Sin embargo, no sólo la relación con los artrópodos se reduce a proveerlos de polen y néctar, distintos estudios realizados por Van den Bosch y Telford, han documentado que la siembra de Phacelia spp. en los huertos, incrementan el parasitismo de Aonidiella aurantii (piojo de San José) por su parasitoide Aphytis proclia. Donde estos parasitoides pueden hacer una regulación excepcional, siempre y cuando las condiciones sean las adecuadas y no se realicen tratamientos insecticidas, pudiendo parasitar de adultos al citado diaspino para cumplir su ciclo vital y en consecuencia, contribuir a su regulación poblacional.  A continuación, se muestra una foto de este parasitoide (en color amarillo intenso) deambulando por la superficie de una naranja, donde se observan los escudetes del piojo rojo, que representa una de las principales plangas de la citricultura ecológica tal como decía, y que desgraciadamente la industria desecha para destrío por la mera presencia de menos de una decena de estos escudetes por pieza.

Aphytis melinus. parasitando al piojo rojo Aonidiella aurantii sobre fruto de cítrico.

APLICACIONES PARA EL AGROECOSISTEMA:

En los cítricos ecológicos, la facelia es casi insustituible, ya que como la polinización de estos árboles no dependen de los insectos para fructificar al ser autógamos en su mayoría, no importa que abejas y abejorros se sientan irresistiblemente atraídos por esta planta. Lo importante es que, al visitarla, también ayudamos a multiplicar la población de Aphytis ssp, un diminuto pero eficaz parasitoide que mantiene a raya al temido piojo rojo.  Además obviamente, de propiciar otras relaciones entre otros polinizadores y otras plantas auxiliares dentro del propio agroecosistema.

Eso sí, su poder de atracción es tan grande que hay que usarlo con cabeza: si tienes frutales que sí dependen de polinización entomófila y coinciden en el tiempo con la floración de la facelia, lo más probable es que los polinizadores se concentren en ella… y el cuajado de tus frutos se vea comprometido, por lo que en estos casos desaconsejamos su implantación.

Entre otras de sus virtudes, destaca la consideración de la facelia en el ranking de las veinte flores más melíferas del planeta tal como decía, lo que la convierte en una planta muy considerada entre los apicultores. Sembrarlas entre cítricos no sólo protege de plagas y enfermedades nuestro cultivo, sino que puede añadir un dulce ingreso extra proveniente de la miel.  Por lo que unas cuantas de colmenas entre nuestros cítricos, puede representar un interesante complemento de renta nada desdeñable.

Además cómo última característica, cabe mencionar la consideración de la facelia como flor de corte, gracias a su particular inflorescencia muy llamativa, así como por sus tallos robustos.  Sus largos estambres como rasgo especialmente distintivo, sobresalen con elegancia más allá de los pétalos creando un efecto visual muy atractivo.  Motivo más que suficiente para ser apreciada en el sector de la floricultura, que junto a su extensa duración tras su corte, la hacen una planta de gran interés para el sector ornamental.

En resumen: la facelia no sólo embellece el campo y tu mesa, sino que trabaja para tí, para las abejas y para el propio equilibrio natural de tu agroecosistema.

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