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martes, 5 de marzo de 2013

FAM. LABIADAS

DESCRIPCIÓN:

Estas plantas pertenecientes a la familia de las labiadas (lamiáceas) protagonistas de este post,  representan una de las principales aromáticas perennes de nuestra región, asociadas siempre a zonas húmedas cercanas a manantiales, ríos, arroyos o regajos de agua; donde despliegan su gran poder atrayente sobre múltiples himenópteros beneficiosos entre otros auxiliares.

Detalle de la inflorescencia de Mentha piperita.
 
El presente post, trata el género Mentha spp de forma genérica, ya que posee una gran facilidad para la hibridación, pudiéndose encontrar referencias de entre 15 ó 30 especies distintas según algunos autores.  Es característico del mencionado género, su tallo cuadrangular que puede alcanzar los 50 cm de altura con hojas ovales y pilosas que desprenden un aroma intenso y peculiar, donde el color de sus inflorescencias oscila del rosa pálido de la Mentha piperita, al rosáceo oscuro de la Mentha pulegium.  Aunque todas ellas tienen características comunes, cada especie es apreciada por los aceites esenciales diferentes que producen en particular, a través de unas glándulas situadas bajo la epidermis.


Escólido alimentándose de néctar sobre Mentha sp.

RECOMENDACIONES PARA SU MANTENIMIENTO:
Se recomienda, dedicar en el agroecosistema un lugar sombreado y húmedo para la implantación de nuestras mentas, con un sustrato preferiblemente arcilloso. Son plantas rizomatosas, con gran poder de implantación y resistencia; muy recomendables como complementos en alcorques de alguno de nuestros frutales y fáciles de reproducir vegetativamente.
 
Sirfido macho conocido como mosca tigre Eristalinus taeniops por sus ojos característicos
RELACIÓN PLANTA-ARTRÓPODOS:
Este gran poder cautivador de estas especies vegetales sobre algunos de nuestros auxiliares más populares, polinizadores, himenópteros parasitoides y/o depredadores (esfécidos, euménidos, véspidos, sírfidos o los propios antocóridos entre otros), es consecuencia del gran suministro de polen y néctar que ofrecen sus prolijas inflorescencias.  Este hecho, es aprovechado por depredadores generalistas como algunos arácnidos que usan estas plantas como "posaderos"  para la caza al acecho, tal como podemos apreciar en la foto de este tomísido perfectamente mimetizado con el color de la inflorescencia.


Thomisus onustus sobre Mentha pulegium alimentándose de un himenóptero
Igualmente, es digno de mención la relación alelopática que establece la menta con las ortigas, donde ambas especies ven potenciado su crecimiento y mayor concentración de aceites esenciales si se encuentran asociadas.  A su vez, se ha comprobado que la asociación de cultivos entre  mentas y cultivos como la coles, ahuyentan algunos homópteros y lepidópteros como la propia mariposa blanca de la col (Pieris brassicae), siendo por tanto excelente vecina de tomates, zanahorias y lechugas.


APLICACIONES PARA EL AGROECOSISTEMA:
La menta, representa una planta muy valorada entre los propios apicultores que ven en estas especies (mastranzos Mentha suaveolens, etc.), unas de las más meliferas de nuestra zona mediterránea. 

Vespido sp. sobre Mentha piperita
Este efecto magnético sobre algunos de nuestros polinizadores y auxiliares en general, se ve amplificado por sus efectos repelentes contra otros insectos menos afamados y "perseguidos" como: hormigas, pulgas o garrapatas.  Este hecho ahuyentador conocido desde antaño sobre las pulgas, fue motivo para la adopción del nombre científico de una sus especies más conocidas, la menta poleo (Mentha pulegium), donde su denominación "pulegium"  deriva del latín "pulex" que significa pulga.   Las características beneficiosas anteriormente mencionadas,  derivan de su altas concentraciones de aceites esenciales ricos en mentol, mentona, así como ésteres, flavonoides, taninos y ácidos fenólicos, y que confieren a través de su uso en aplicaciones homeopáticas, grandes propiedades terapéuticas útiles para el manejo y profilaxis en ganadería ecológica: antiinflamatorias, digestivas (cólicos, grastritis...), relacionadas con afecciones de hígado y/o  procesos respiratorios , entre otras.


Ameles sp. sobre mentha piperita
Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.

viernes, 19 de septiembre de 2025

FAMILIA HALICTIDAE

DESCRIPCIÓN:

En esta ocasión dedicaré esta entrada a una de las familias de abejas más interesantes desde mi punto de vista, conocidas popularmente como "abejas del sudor"... y no precisamente por este apelativo, sino por su relevancia agroecológica. Representan una de las familias más eficientes y versátiles en la polinización, pasando gran parte del día visitando diversas flores y aportando una información valiosísima con su mera presencia.

Abeja del género Lasioglossum sspp.en flor de romero (Rosmarinus officinalis)

Esto significa que nuestros cultivos, con toda probabilidad, contarán con los servicios de estos aliados, lo que se traducirá en un aumento de la productividad y la diversidad del propio agroecosistema.  El motivo de ser conocidas como abejas del sudor, se debe a la atracción que poseen por el sudor humano o animal, ya que su fuente de alimentación (néctar y polen) dificulta obtener sales como el sodio fundamentales para su metabolismo.

Además, estas abejas son verdaderos sensores de agroquímicos, en otras palabras, se comportan como excelentes bioindicadores. Su sensibilidad a los fitosanitarios hace que su simple presencia sea un claro indicio de que estamos manejando el cultivo de forma responsable. Y, a pesar de esta vulnerabilidad, las especies de la familia Halictidae son sorprendentemente adaptables, capaces de desarrollarse en zonas rurales, periurbanas e incluso en jardines urbanos. De hecho, algunas de las fotos que acompañan estas líneas fueron tomadas muy cerca de donde vivo.

En definitiva, dedicarles un espacio no solo tiene valor para la conservación de la biodiversidad, sino que nos proporciona herramientas prácticas para avanzar hacia una producción sostenible y fortalecer la resiliencia de nuestros agroecosistemas.

BIOLOGÍA:

Cuando hablamos de la biología de las abejas de la familia Halictidae, y concretamente del género Lasioglossum, nos adentramos en un mundo pequeño pero sorprendentemente complejo. Observar sus hábitos de anidación, su organización social y la manera en que recolectan polen y néctar nos permite entender cómo estas pequeñas aliadas mantienen la vida de nuestros agroecosistemas. Conocer su ciclo de vida y sus relaciones con otras especies no es solo un ejercicio de curiosidad: es también una herramienta práctica para cuidar la biodiversidad y fomentar sistemas agrícolas más sostenibles y resilientes.

Abeja del género Lasioglossum sspp.en flor de menta poleo (Mentha pulegium)

La mayoría de las especies del género Lasioglossum construyen sus nidos en el suelo, preferentemente en áreas despejadas de vegetación, aunque también pueden anidar en taludes o en grietas de paredes rocosas. Muchas especies muestran un comportamiento gregario e, incluso, algunas presentan diferentes grados de organización social.

Los nidos del género Lasioglossum tienen una estructura sencilla pero muy eficaz: un túnel principal del que se ramifican pasadizos cortos que terminan en celdas individuales, donde se crían las larvas. En las especies más sociales, estas celdas se agrupan formando cámaras de incubación, casi como pequeñas habitaciones comunitarias. Dentro de ellas, las larvas se alimentan de la mezcla de polen y néctar que las hembras adultas han recolectado con tanto cuidado.

ESPECIE CONTROLADA:

No obstante, estos nidos no siempre están a salvo. A veces son visitados por abejas del género Sphecodes o Chrysididae, verdaderas oportunistas, que se aprovechan de las provisiones y las celdas sin molestarse en construir su propio hogar, y en muchos casos devorando las larvas de nuestras protagonistas.

Abejas Chrysis ignita, del género Chrysididae conocidas como abejas cuco, precisamente por su carácter cleptoparásitario.





En el caso las Chrysis ignita, la hembra adulta deposita su huevo en el nido de la abeja hospedadora; la larva que nace consume primero los huevos o larvas de la abeja y luego las reservas de polen y néctar.  Pero como os decía... esta abeja no es de la familia que nos ocupan, ya que pertenece a otra familia Chrysididae, conocidas como abejas cuco, pero no me resistía a dejaros algunas imágenes de estas verdaderas joyas volantes, que por su colores bien podrían inspirar a cualquier orfebre.

MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA:

Para que nuestras abejas del sudor permanezcan y cumplan su papel en nuestro agroecosistema, podemos poner en práctica algunas medidas sencillas. Medidas como dejar áreas sin labrar y plantar flores silvestres, que les dará refugio y alimento a nuestras protagonistas, ejerciendo una actividad complementaria a la de las abejas melíferas cada vez más escasas, visitando flores con tamaños y en horarios o condiciones donde estas no llegan.

Abeja hembra del género Lasioglossum sspp.

Al ser autóctonas y generalistas, las especies de la familia Halictidae que nos ocuapan, pueden nidificar en las lindes de las parcelas o áreas verdes sin necesidad de colmenas, aumentando la biodiversidad y favoreciendo el equilibrio del agroecosistema. Esto, además, ayuda a reducir plagas de forma natural y disminuye la dependencia de pesticidas.

Su resiliencia frente al clima garantiza una polinización constante incluso en condiciones cambiantes, convirtiéndolas en verdaderas aliadas de la agricultura sostenible y la biodiversidad en el actual contexto de cambio climático que estamos viviendo.

Licencia Creative Commons Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.

sábado, 13 de octubre de 2012

PRESENTACIÓN

El presente blog, surge de la idea de compartir una temática muy específica sobre "FAUNA AUXILIAR" (artrópodos principalmente), así como las medidas que puedan contribuir para su conservación y mantenimiento dentro del agroecosistema, donde las plantas auxiliares tienen una misión esencial.
Sírfido (Eristalinus sp.)
Para ello, como primer objetivo me referiré siempre a la REGULACIÓN BIOLÓGICA, huyendo de otros términos como el propio Control Biológico, estrictamente asociado a la erradicación del causante de la plaga, a veces con métodos pocos ecológicos (radiación para producir esterilidad en algunos insectos, manipulación genética, tratamientos químicos, etc.).  Desde este blog, siempre se abogará por un tipo de lucha biológica encaminada a la propia regulación de las poblaciones de artrópodos, asumiendo la necesidad de  coexistencia de ciertos reductos de plaga, que contribuirán indudablemente a mantener poblaciones de la propia fauna auxiliar.

Coleóptero. Hembra del Oryctes nasicornis.
Es por ello, que recomendaremos manejos adecuados encaminados a contribuir a fomentar la biodiversidad, dentro de los umbrales lógicos de la rentabilidad agraria.  Para este objetivo, nos apoyaremos en aquellas poblaciones de artrópodos que debemos considerar como grandes aliados de nuestro agroecosistema, y que para mayor comprensión serán clasificadas en tres grandes bloques: arácnidos, insectos y otros artrópodos.
Tomísido capturando a un incauto polinizador sobre flor de menta poleo.
Como segundo objetivo y próximo al primero, se irán describiendo algunas especies vegetales que puedan resultar de interés para el fomento de la biodiversidad, así como las posibles sinergias derivadas de las relaciones intimas entre planta - insecto y viceversa.  Actualmente ya se conoce, que existen plantas que producen y/o liberan metabolitos secundarios ("aromas"), que actúan como confusores, repelentes, inhibidores de la alimentación y/o crecimiento, estimulantes, o como meros atrayentes de ciertos artrópodos.  Al conjunto de todas estas relaciones, es a lo que se dedica la conocida Alelopatía, en la que nos apoyaremos continuamente a lo largo del "blog".
Borraja Borago officinalis
Para la consecución de estos objetivos, usaré material gráfico propio fruto del maridaje de dos de mis aficiones, la entomológica agrícola y la macrofotografía.

Detalle de los ojos compuestos de la libélula, donde se contabilizan más 40.000 omatidios.
Igualmente, recomendaré el uso de policultivos, plantas útiles, setos, conjugación de agricultura-ganadería, etc., como métodos adecuados para potenciar la biodiversidad, de manera que nos permitan estabilizar las poblaciones de fitófagos (potenciales plagas).
Licencia Creative Commons

sábado, 16 de febrero de 2013

FAMILIA ANTHOCORIDAE

DESCRIPCIÓN:
Estos insectos de pequeño tamaño (2-5 mm) protagonistas de este post, son unos viejos conocidos entre los hortifruticultores familiarizados con la lucha biológica, que los reconocen con el nombre de uno de sus géneros más populares Orius. spp, o simplemente por su nombre común "chinches de las flores".  Estas chinches, es decir, hemípteros concretamente de la Suborden heteróptera pertenecientes a la familia de los llamados antocóridos, poseen una característica forma de depredar a través del empleo de su temible estilete. Este rasgo diferencial de su aparato bucal "picador-chupador" típico de la Orden a la que pertenecen, es usado para penetrar y vaciar los fluidos vitales de sus potenciales víctimas.

Ninfa de Orius spp, sobre Mentha pulegium
Tanto en estado larvario como en estado adulto, se comportan como excelentes depredadores y por tanto, como grandes aliados para el agricultor.  Poseen un cuerpo relativamente plano, de forma alargada u ovalada (dependiendo de la especie y el sexo), alas desarrolladas pero cortas, y antenas con cuatro artejos.
Especies como Anthocoris nemoralis, Orius majusculus, laevigatus entre otras, ponen sus huevos en hojas infestadas por plagas como los propios áfidos (pulgones), que al atacar a las plantas estas últimas, emiten unas señales químicas capaces de indicar a nuestros aliados donde tienen que realizar sus puestas, y de esta forma garantizar que su futura prole se alimente sin dificultad.  Una vez que eclosionan sus huevos, estas ninfas detectaran las presas no por la vista, sino más bien por los sentidos del tacto y el olfato.

ESPECIE CONTROLADA:
Estos insectos poseen una dieta, en todos sus estadios de su ciclo, basada en la depredación, compuesta por ácaros e insectos blandos de pequeño tamaño: pulgones, trips, phylla, mosca blanca, araña roja, huevos de insectos, larvas de minadores entre otros.

Ninfa de Orius spp, devorando a mosca blanca sobre hoja de pimiento.
Es digno de mención, que estos insectos suelen comportarse a altas densidades, como depredadores compulsivos matando más presa de las que necesitan, característica que se ha usado para la comercialización de estos insectos en su empleo  en invernadero, aplicándose de forma inundativa y elevar así, tanto las densidades de sus poblaciones, como los propios resultados depredadores, consecuencia del citado aumento poblacional.  Esto unido, a sus grandes dotes para el vuelo en estado adulto, hacen que estos insectos sean muy valorados por el agricultor que ven en su gran capacidad de desplazamiento y voracidad, un excelente aliado para buscar y depredar a sus plagas.

BIOLOGÍA:
Adulto de Orius spp.
En nuestra zona mediterránea, la mayoría de las especies del género Orius.spp entran en diapausa una vez llegado el invierno (dependiendo de la especie y localización geográfica).  Como ya hemos nombrado en otros post, la diapausa es un estado de "latencia" que usa el insecto para protegerse de las bajas las temperaturas, reduciendo su metabolismo al máximo y por tanto, bajar sus necesidades calóricas.  Esta hibernación la realizan en estado adulto dentro o fuera de nuestros cultivos, escondiéndose entre la hojarasca, pequeñas grietas de los árboles y otras plantas adventicias. 

Pueden tener de dos o tres generaciones anuales, y todos los estadios pueden estar presente, en nuestras zona mediterránea, desde el mes de abril a septiembre (Péricart, 1972).  El ciclo vital de esta chinche se compone de siete fases,  que va desde la propia puesta, donde los huevos poseen un aspecto casi transparente pasando al blanco lechoso justo antes de su eclosión, continuando por cinco estadios ninfales posteriores caracterizados por la apariencia anaranjada de su cuerpo y de sus conspicuos ojos rojos (tal como podemos ver en la foto), hasta pasar en su última fase al estado definitivo de imago o adulto. 


Existe un dimorfismo sexual casi inapreciable, basado en una sutil diferencia del abdomen, siendo el de la hembra algo más alargado y simétrico que el del macho.

MEDIDAS PARA FAVORECER SU PERMANENCIA EN NUESTRO AGROECOSISTEMA:
En definitiva, tenemos que tener presente que estos insectos tienen la capacidad de alimentarse también de forma fitófaga (pero sin afectar a nuestros cultivos), consumiendo polen y néctar de las flores, cuando no encuentran presa.  Esta característica, unida a que pasan el invierno en estado adulto, son elementos muy a tener en cuenta a la hora de diseñar estratégias que fomenten la permanencia de estos insectos en nuestro agroecosistema. 


Típico color anaranjado de la larva de Orius spp con sus conspicuos ojos rojos.
Es por ello, que son muy recomendables la presencia de setos, plantas reservorios, empleando especies vegetales como las propias aromáticas principalmente del género mentha sp.  Habiéndose demostrado que este género de aromáticas, actúan como potentes reclamos para este tipo de insectos: mastranzos, hierba buena, menta poleo,... son plantas ideales para la proliferación de anthocóridos, donde con casi toda seguridad podremos encontrar sobre alguna de las flores de estas plantas, algún estado ninfal de Orius spp en las épocas ya comentadas.
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